Apolo y Corónide: La dejó embarazada y le dejó un cuervo para que la vigilara, pero ella cedió el amor de Isquis. Apolo se enteró y la mató. Este sacó a Esculapio del vientre de ella y lo crió.
Apolo y Cirene: Hija de Hipseo. Le gustaba la caza y un día Apolo la encontró luchando con un león, por eso se enamoró de ella. Apolo la hizo su esposa y la dejó embarazada tendiendo de ahí a Aristeo, el cual fue nombrado por Apolo guardián de sus propios rebaños.
Apolo y Manto: Con este tuvo Apolo al adivino Mopso, con quien compitió Calcante en cuestiones de adivinación. De esto que había una cerda embarazada y Calcante dijo que iba a tener ocho lechones mientras que Mapso dijo que se equivocaba y que iba a tener nueve lechones machos y que nacerían mañana a las seis. Esto era verdad y por eso Calcante murió de depresión.
- Apolo y Casandra: Apolo le prometió que le enseñaría las artes de la adivinación. La joven aceptó las, pero cuando ya tenía el poder de adivinar, rechazó a Apolo. Entonces Apolo le dejó la capacidad de adivinar, pero la condenó a que nadie creyera en sus predicciones.
- Apolo y Leucótoe: Princesa mortal hija de Órcamo. Su hermana Clitia estaba celosa de que Apolo la amase y por eso le contó a su padre la relación de éstos. Su padre enterró viva a Leucótoe y Apolo transformó a Clitia en un girasol que gira cada día hacía el Sol (Apolo).
- Apolo y Jacinto: Apolo y Jacinto jugaban al disco y Céfiro, que también estaba enamorado de Jacinto, sopló y desvió el disco que fue a parar a la cabeza de Jacinto. Éste murió del golpe y Apolo hizo que de su sangre derramada brotara una flor delicada, el jacinto.
- Apolo y Cipariso: Apolo le regaló un ciervo a Cipariso, pero éste lo mató sin querer. Entonces Cipariso le dijo a Apolo que hiciera que sus lágrimas cayesen para siempre y de aquí Apolo lo convirtió en un ciprés.
- Apolo y Marsias: Marsias desafió a Apolo a un concurso de música. El concurso fue juzgado por las Musas y éstas le declararon iguales. Apolo no estaba conforme con esto y decidió que cantarían a la vez. Al final ganó Apolo porque él tocaba la lira y Marsias tocaba el aulos que era más difícil ya que era de viento. Aunque ganó Apolo, éste desolló a Marsias por haber desafiado a un dios.
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