Acteón era hijo del dios cazador Aristeo y de Autónoe, hija de Cadmo. El centauro Quirón educó a Acteón e hizo de él un buen cazador. Un día que él y sus hombres ya habían trabajado lo suficiente, Acteón buscó un lugar en el que poder descansar.
Acteón fue caminando por una ruta y de repente se encontró con la diosa Diana que se estaba dando un baño desnuda en su manantial. Las ninfas que acompañaban a Diana gritaron al ver a Acteón e intentaron cubrir su cuerpo. Diana enfadada se encaró con Acteón y le dijo que como le contara a alguien lo que había visto se las pagaría.Cuando vio a Diana tan enfadada, echó a correr y mientras corría se iba convirtiendo en ciervo. Él se dio cuenta de ésto cuando se vio reflejado en el agua. Acteón echó a llorar, no sabía qué hacer, pero de pronto aparecieron sus perros y se abalanzaron contra él. Sus hombres empezaron a llamar a Acteón para que viera lo que sus perros había cazado, pero ellos no sabían que aquella caza era Acteón.
Después de tal desgracia, buscaron a Acteón hasta que llegaron a la gruta de Quirón. Éste había hecho una estatua de Acteón de bronce y los perros empezaron a lamer la estatua como si de verdad fuese Acteón.
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