domingo, 12 de diciembre de 2010

Cosmogonia

Gea (la Madre Tierra) surgió del Caos. Gea engendró a las Montañas, al Ponto y a Urano (el Cielo).
Gea y Urano tuvieron a los Hecatónquiros (gigantes de cien brazos) y a los tres Cíclopes (monstruos de un solo ojo).
Gea y Urano tuvieron a los seis Titanes (de éstos el más importante es Crono) y a sus seis hermanas Titánides (de éstas la más importante es Rea).
Urano no quería a sus hijos y los encerró en el Tártaro.
Gea se cabreó y ordenó a los Titanes que atacaran a su padre y Crono castró con la hoz a Urano, cogió sus testículos con la mano izquierda y los arrojó al mar. Al arrojarlos, cayó sangre sobre Gea y tuvo a las Tres Erinias, a los Gigantes (recuperan las
fuerzas cuando están en contacto con la tierra) y a las Ninfas de los Frenos. También cayó semen al mar y nació Afrodita (Venus).
Después los Titanes liberaron a sus hermanos y dieron a Crono todo el poder. A Crono se le subió el poder a la cabeza y volvió a encerrar a sus hermanos en el Tártaro.
Más tarde Crono se casó con Rea y tuvieron hijos (como Posidón) pero Crono se los tragaba. Rea harta, cuando tuvo a Zeus se lo dio a Gea para que lo cuidara. Gea lo dejó en Creta para que fuera criado por unas ninfas y por la cabra Amaltea.
Amaltea era la que le daba leche a Zeus. Zeus estaba colgado de un árbol y cada vez que lloraba los Curetes (guerreros) hacían ruido con sus espadas para que Crono no lo descubriera.
Rea engañó a Crono envolviendo una piedra y dándosela a Crono como si fuera Zeus. Éste se la tragó sin sospechar nada. Cuando Zeus se hizo mayor, le pidió ayuda a su prima Metis y ésta le dio la pócima vomitiva a Rea para que Crono se la tomara.
Cuando Crono se la tomó, vomitó a todos los que se había tragado. Después de ésto, Zeus tuvo que luchar contra los Titanes que eligieron a Atlas como jefe y al final, Gea, nombró a Zeus vencedor. Más tarde Zeus liberó a los Cíclopes y a los Hecatónquiros del Tártaro.
Los Cíclopes le entregaron a Zeus el rayo y a Posidón un tridente.
Cronos y los Titanes fueron encerrados en el Tártaro y como castigo, Atlas tuvo que sujetar los cielos sobre sus hombros.

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